Preciosa chica japonesa de piel muy blanca tiene un fetiche algo particular y diferente. Ella desde muy chica tuvo que cuidar de su abuelo enfermo porque su madre debía trabajar para llevar la comida a casa. En esos momentos donde se encontraba completamente a solas con su abuelo enfermo fue que disfruto por primera vez de una polla. Ya que su abuelo necesitaba ayuda para poder orinar. Luego de practicar su primera mamada con su abuelo indefenso desarrollo un fetiche que la llevó a ser enfermera para poder seguir disfrutando de las pollas de hombres enfermos e indefensos.
La chica se encuentra en el hospital donde trabaja con uno de sus pacientes cuando un pervertido hombre que finge estar enfermo logra ver como ella aprovecha que está sola con uno de los pacientes para devorarle la polla. Para la suerte del pervertido lo colocan en la camilla de al lado donde la fetichista hace de las suyas con el enfermo que suele cuidar. La chica ve como el pervertido logra verla mientras le da otra mamada deliciosa a su enfermo y le excita que otro hombre pueda disfrutar al verla. A través de la cortina el hombre la penetra y es allí donde esta perra asiática no puede parar de follar con su primer hombre no enfermo hasta recibir toda su leche en sus delicadas tetas blancas.
