Mi hermana mayor y yo habíamos tenido un problema por el cual dejamos de hablarnos por más de 3 semanas. Esto era muy incomodo porque ambos vivimos en la misma casa junto a nuestros padres. Un día nuestros padres fueron a la casa de la abuela y ninguno de los dos quiso ir con ellos porque solemos aburrirnos mucho cuando estamos en esa casa a la que fueron. Estando a solas tome la decisión de comprar mucho licor e invitarla a beber conmigo para arreglar nuestra relación de hermanos. Estando ya ebrios comenzamos a platicar de sexo y de todo lo relacionado con el tema.
En ese momento nos dimos cuenta que ambos necesitamos sentir placer y no teníamos con quien hacerlo. Por esa razón y porque teníamos mucho licor en nuestro sistema nervioso. Terminamos estando en mi cama juntos y desnudos. La coloque en cuatro y comencé a penetrarla con mi polla dura una y otra vez durante mucho tiempo y disfrutamos mucho de la situación extraña y prohibida. La adrenalina de sentir que estamos haciendo algo malo nos hacía gemir mientras veía como la perra se acercaba a mi polla una y otra vez. Su cabeza se movía de un lado a otro pidiendo mucha más fuerza en cómo la penetraba por su coño.
