Esta madrastra para generar lazos afectivos con su nuevo hijo tuvo la idea de encontrarse con él en el gimnasio de la casa donde viven. La perra es la primera en llegar al lugar y sin tener mucha idea de lo que hace comienza a hacer un poco de ejercicio con las piezas y demás. En ese momento llega su hijastro con intenciones de ayudarla y la perra en medio de tanta fuerza se calienta y termina tragando por completo la vera del hijo de su esposo.
El sujeto se lo permite porque la desea desde hace ya varios meses y la perra se lo agradece lamiendo sus bolas y tragando su pene por completo. Lo mejor es cuando el sujeto la coloca en cuatro y con mucha fuerza la penetra hasta que la perra comienza a gritar como toda un zorra salvaje que necesita recibir cada vez más y más verga.
