Madura tetona me amarra a una silla y me seduce durante horas para torturarme

Cuando mi vecino madura de grandes tetas me invitó a su casa yo imaginaba que iba a penetrarla con todas mis ganas durante muchas horas. Pero la perra es una mujer maligna que solo piensa en su placer y no en el de los demás. Ya que me amarro a una silla de forma que no podía moverme ni masturbarme mientras que ella me mostraba sus ricas tetas estando sentada sobre su cama.

Con la ayuda de mucha crema la perra se frota las tetas muy cerca de mi rostro y cuando siente que está lista para continuar se recuesta en la cama desnuda para comenzar a utilizar sus vibradores favoritos. La perra toca todo su cuerpo con el vibrador hasta que llega a su vagina y lo presiona contra su clítoris durante un largo rato. En esos momentos solo deseo estar liberado para penetrarla con más fuerza pero la perra disfruta al verme desesperado.

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