Maestra de mi hija menor espera a que acabe la reunión para comerme la polla en el salón de clases

La perra de la maestra de mi hija pequeña siempre que puede me regala unas miradas muy provocadoras que para mi son muy alentadoras, a pesar de esto nunca tuvimos la oportunidad de estar a solas o así era hasta que la perra espero a que todos se fueran para darme una mamada sumamente deliciosa encima de su escritorio de maestra inocente. La perra luego de eso le di unos besos en la vagina y la folle muy fuerte para escucharla gritar. Sus bellas tetas se movían de arriba hacia abajo mientras me veía con su mirada pervertida una vez más.

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