Esta mujer antes era masajista, pero decidió dejarlo cuando se casó. Lo que nunca imagino es que su pasado la iba a perseguir. Y es que un día uno de sus clientes la pidió que por favor tuvieran algo de sexo, pero ella se negó porque no hacía esa clase de trabajos y además acababa de prometerse. Pero ante la insistencia del cliente, le permitió tomarle un par de fotos picantes, para que después él pudiera masturbarse. En una se encuentra de pie sólo con sus braguitas y tapándose las tetas con su brazo. Pero en la otra aparece acostada sobre la cama de masajes y la bragas medio bajadas, dejando ver parte de su culo. Vamos, una foto más que sugerente.
Pasado algún tiempo un día su marido aparece en casa con un compañero de trabajo, que no es otro que el cliente que le tomó las fotos. La cosa se pone algo tensa y el cliente aprovechando la situación, la chantajea para poder masturbarla un rato. Después emborracha al marido para dejarle profundamente dormido y por fin lleva a cabo su deseo de follar a esta preciosa chica. Primero la obliga a darle una buena mamada y después se la folla gustosamente por su apretado coñito.
