Mi vecino tiene una hija muy guapa de cabello rojo natural que de verdad me calienta muchísimo. Por ese motivo aunque mucho menor que yo he tomado la decisión de aprovechar cada instante que me permite para encontrar una posibilidad de hablar con ella de forma personal y tranquila. Un día cuando se encontraba a solas me invitó a casa cuando me vio cerca y me confesó que estaba muy mal luego de terminar con un jovencito de piel blanca.
En ese momento le mostré mi pene y le dije que no está mal porque aquí tiene una verga negra bien grande para encontrar calor. La perra sin dudarlo comenzó a tragar mi verga grande y dura. Para agradecerle le di una mamada de panocha deliciosa en su dulce vagina para luego comenzar a penetrarla. La perra pensaba que estaba por matarla pero se controló mi rifle y sin causarle dolor le di todo lo que necesitaba.
