Mi vecina es una mujer algo sospechosa que nunca me ha dado buena espina. Ya que hemos compartido el ascensor una vez y puedo jurar que en una oportunidad toco me pene de forma disimulada. Por ese motivo cuando mi madre salió de casa en una mañana la perra entró hasta mi habitación para drogarme y llevarme a su casa.
Yo con mucho miedo y temblando le pregunté qué pasaba y ella solo podía fingir que todo estaba bien. Me pidió que grabara mientras teniamo sexo y yo acepto porque tenia mucho miedo de lo que fuera capaz si me negaba. Comenzó tragando mi vega y en ese momento disfruté mucho del momento. Por lo que luego de la mamada le lami su vagina y la coloque sobre el mueble con las piernas abiertas para darle lo que tanto ha deseado. Mi verga dentro de su vagina entraba de una forma rápida y sus gemidos eran bien recios.
