En mi vecindario hay una madura que vive hasta el final de la calle y tiende a pararse en la avenida más cercana buscando hombres calientes que deseen pagar a cambio de penetrar s vagina. Ella tiene al menos 2 meses trabajando de esta manera y siempre la he visto pero nunca me imagine que un día fuese yo el que contrata sus servicios.
Resulta que un día cuando estaba de camino a casa por la noche muy borracho la vi en su lugar de trabajo estando disponible y me acerque con muchas ganas de tener sexo. La perra aceptó mi propuesta casi como si estuviese esperando mi solicitud hace mucho tiempo. Me llevo a hasta su casa y en el lugar la perra se tomó una ducha. Luego de la ducha llegó hasta su cama y luego de secar todo su cuerpo abrió mucho sus piernas para masturbar se vagina con mucha profundidad.
