Valentina Blanco es contratada para grabar una escena porno algo diferente y ella muy contenta decide aceptar. Ya que desde que tiene una pareja estable le es muy difícil conseguir escenas donde no es penetrada por un hombre. Ya que su pareja actual solo le permite grabar escenas donde folla con mujeres o se masturba. Esta situación antes no era así pero un día llego a casa y se le olvido bañarse y para empeorar la situación su esposo pasó la lengua por su coño sin preguntarle antes y lo que sintió en su boca era semen de un actor que grabó con ella aquel día. Desde ese momento le prohibió escenas con hombres.
Ella contenta porque necesita seguir trabajando llega a la escena y se coloca sobre un mueble para comenzar a tocar su vagina como suele hacerlo para su novio. Ella con la ayuda de su teléfono coloca la cámara delantera y comienza a ver cómo es su panocha mientras es penetrada o sus dedos. Había visto cómo es que su vagina se ve ante una cámara debido a sus anteriores vídeos pero por alguna razón le excita mucho verse desde la pantalla de su móvil. Aumenta la velocidad cada vez más y es inevitable cerrar los ojos mientras se toca.
